Comunicado conjunto de instituciones médicas

Los médicos y médicas que formamos parte del personal esencial para afrontar la actual pandemia de Coronavirus queremos hacerle saber a toda la comunidad que durante mucho tiempo nuestra incansable tarea no se ha reconocido como es debido y, de repente, nos encontramos ante un evento extraordinario que nos convierte en “héroes”. Sin embargo, no queremos que una vez terminado este flagelo volvamos a ser el recurso más olvidado del sistema de salud.

Lo cierto es que hoy nos encontramos ante un desafío que no sabemos que caminos tomará, lo que sí conocemos es que nuestro país cuenta con el recurso humano suficiente para hacerle frente en términos cuantitativos y cualitativos.

Hoy queremos manifestar públicamente nuestra profunda preocupación por las deficitarias condiciones en las que debemos desarrollar, junto con los demás integrantes del equipo de salud, el más riesgoso de todos los trabajos en el actual contexto que, como es de público conocimiento, ya provocó la debacle de los sistemas sanitarios más desarrollados del mundo.

En los últimos días, desde los más altos niveles del Gobierno, se anunció el inminente incremento de las camas de terapia intensiva, como así también la compra de respiradores e insumos para hacer frente a un virus altamente contagioso que, día a día, incrementa exponencialmente la cantidad de casos y la mortalidad.

Sin embargo, poco se dice de las paupérrimas condiciones en las que los médicos desarrollamos nuestra profesión a diario. Nosotros, junto con los demás miembros del equipo de salud, denunciamos desde hace años que estamos trabajando a cambio de salarios de hambre, precarizados, poliempleados, yendo del hospital a la clínica y de la clínica al consultorio para llegar a fin de mes.

Todo esto dentro de un sistema de salud hiperdemandado, desfinanciado y atravesado por una crisis estructural crónica, que nos coloca en una situación de altísima vulnerabilidad, signada por la escasez de infraestructura, insumos y equipamiento que contribuye, a su vez, a generar el caldo de cultivo de ámbitos laborales cada vez más violentos.

Pese a que las autoridades de turno han hecho oídos sordos a estas denuncias, nuestra vocación nos impulsó a continuar trabajando en defensa de la salud pública y del trabajo médico.
En este momento en que los casos del nuevo Coronavirus crecen día a día y los pacientes febriles ingresan de a decenas a nuestros lugares de trabajo, la mayor parte de los profesionales de la salud no contamos siquiera con los elementos de protección indispensables para ejercer la Medicina. Si bien se anuncian compras millonarias, en los últimos días observamos con absoluta perplejidad como se distribuyen materiales de supuesta protección para el equipo de salud que no cumplen con las normas sanitarias adecuadas.

A esta situación de máximo descuido y exposición se suma una actitud denigrante de parte de algunos funcionarios, que anuncian la contratación de médicos provenientes de otros países en una clara actitud de subestimación hacia los profesionales propios.

Es reconocida mundialmente la calidad de la formación de los médicos argentinos y es sabido que en la región central del país – donde más hacen falta para la contención de la pandemia-, los hay en cantidad y calidad suficientes. El anuncio de una convocatoria de médicos extranjeros por parte de los dirigentes constituye poco menos que una provocación a quienes hoy estamos en las trincheras hospitalarias, atravesando una situación de riesgo extremo y de incierto desenlace.

Desde el momento mismo en que elegimos ser médicos elegimos también ser parte de la solución ante problemas de tremenda envergadura como el que hoy mantiene al mundo en vilo. Pero a su vez, tenemos derecho a ejercer nuestra vocación sin miedo, a que se nos garanticen condiciones de trabajo dignas y a no morir en el ejercicio de la profesión.

Exigimos que no sólo se nos pida cumplir con nuestras obligaciones sino que también se nos escuche y se respeten nuestros derechos como trabajadores de la salud pero también, y sobre todo, como seres humanos.

Es por esto que solicitamos a las autoridades del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires que garanticen al subsector público, la disponibilidad de materiales de bioseguridad EPP. A las autoridades del IOMA, solicitamos que se garantice en el subsector privado el equilibrio económico-financiero de los médicos que no podrán llevar a cabo su trabajo de forma habitual, tomando las medidas necesarias para garantizar el adecuado ingreso, en consonancia con la decisión del Gobierno a efectos de que no se vea modificada sustancialmente la estabilidad económica de estos profesionales.

Por otra parte, dada la enorme exposición que deben afrontar los médicos de las especialidades que más se requieren para afrontar la contingencia, resulta indispensable que se les abone un monto extra en reconocimiento de la insalubridad extrema a la se exponen. Queremos dejar bien claro que no nos mueven cuestiones partidarias ni políticas, solo la desesperación porque el Estado brinde al equipo de salud en su conjunto la protección que merece sabiendo que éste pondrá el cuerpo y el alma, de ser necesario, por y para toda la sociedad en su conjunto, como lo viene haciendo desde siempre pero más aún en estos difíciles momentos.
Agradecemos, no obstante, el apoyo que día a día nos manifiestan nuestros pacientes y vecinos con sus aplausos públicos. Sin embargo, más que aplausos queremos pedirles que nos escuchen y apoyen en nuestros reclamos y preocupaciones, denunciados mucho antes del inicio de este flagelo que, como dijimos, ya hizo tambalear e incluso caer a los sistemas sanitarios más ricos del planeta.

FIRMAN
Jorge Varallo – Presidente AMP
Jorge Mazzone – Presidente Colegio Médico Distrito 1
Eduardo Martiarena – Presidente de CEMIBO
Diego Fabiano – Secretario General AMPRA La Plata
Patricio Flaherty – Secretario General FMR
Silvia Fernández – Presidente AME
Julio Moreno – Secretario Colegio Médico Distrito 1